domingo, octubre 15, 2023

Rock en "Las Monjas"

Esta nota autobiográfica apareció por primera vez en Facebook. Gracias a los comentarios de amigos y profesores pude ameliorar el siguiente texto.

En 1995 pasé varios meses de vacaciones en casa de un tío en Toronto y comencé el año escolar con un par de días de retraso. Al regresar, traje conmigo un pedal de distorsión para completar mi guitarra eléctrica Hondo, que mi papá me regaló por haber terminado el primer ciclo, por tan solo 100 dólares en diciembre. La guitarra era de segunda mano y tenía un sonido básico, pero para mí, era un sueño hecho realidad, ya que había deseado tener una guitarra eléctrica desde que tenía 12 años. En aquel entonces, empecé a escuchar rock y a tocar la guitarra, aunque no tenía un amplificador, así que me conectaba donde fuera posible. Primero a una vieja radio que alimentaba unos altavoces antiguos, y cuando estos se dañaron, a un equipo compacto Phillips, que era el primero con lector de CD que teníamos en casa. Ninguno de los dos estaba diseñado para soportar una guitarra eléctrica, pero nos arreglábamos como podíamos.


Recuerdo claramente la primera vez que tuve una guitarra eléctrica en mis manos. Tenía doce años. Era una Peavey de color madera natural, de las dos que las monjas del colegio habían comprado. Durante un evento escolar, un trío de rock de exalumnos se presentó, con Carlos Chen en la guitarra, Faustino González en la batería eléctrica, hijo de un profesor de matemáticas del colegio, y otro cuya memoria ha desaparecido por completo de mi mente. Después de ese evento, me acerqué a Carlos y le pedí que me prestara la guitarra. Aunque aún no sabía tocar ninguna canción, improvisé un riff. Estaba tan emocionado que temblaba como una hoja al viento en febrero.


En 1995 también conocí a Adair y entablé amistad con Lucho, a quien apenas conocía a través de su hermano mayor, Nelson. Estábamos en la misma clase, 4° A, en Ciencias y Letras, en el pasillo a la derecha, segunda puerta. No recuerdo exactamente cómo sucedió, pero un día Adair llegó a mi casa con su batería eléctrica de pads y un par de baquetas. Ese día nació "Mi Neurosis". No es que me volviera neurótico; ese era el título de una canción. Después, Luis dejó de tocar el bajo y asumí ese rol, aunque nunca tuve un bajo en realidad. Propuse el nombre de Elfheim porque en ese tiempo estaba leyendo un libro sobre criaturas guardianas de los elementos, como ondinas y elfos. Elfheim es el reino de los elfos. Aunque el nombre les pareció genial, no era fácil de pronunciar, ¡vaya lío! Así que se quedó como estaba.


Empezamos a ensayar los viernes en casa de Lucho. En un día en la casa de Edgar Vargas, donde practicaba Coldson, nos invitaron a tocar en una parrillada de Yuri. Apenas llevábamos un mes ensayando y solo teníamos tres canciones: "El Profeta", "El Pacto" y "Mi Neurosis". Esa noche abrimos el evento, que fue mi segunda presentación en vivo. Fue el primer mosh pit, la primera vez que sentí la tensión previa al escenario, las primeras felicitaciones y también mi primer encuentro con la policía. Ese concierto marcó el inicio de algo especial en Chiriquí, aunque prefiero dejar que otros recuerden los demás grupos que tocaron, para no dejar a nadie fuera.




Al mes siguiente, tuvimos otro concierto en un bar cerca de la vía Boquete en Terronal. Nuevamente abrimos el evento y tocamos las mismas tres canciones. Un policía se acercó amablemente para informarnos de que debíamos irnos después de nuestro set. Sentí alivio y pensé que nos iban a llevar a la comisaría o algo así.


Continuamos tocando en varios eventos, a veces sin obtener más que el dinero suficiente para unas cervezas, pero éramos felices porque estábamos viviendo nuestro sueño. También participamos en la semana de inglés organizada por la escuela de inglés de la UNACHI. El evento culminó con un día lleno de competiciones en las que estudiantes de toda la provincia participaban en concursos en inglés. El punto culminante era el concurso de canto, que todos esperaban ansiosamente.


El primer año que participamos, Adair cantó "Nothing Else Matters" y yo lo acompañé con mi Hondo con forma de Les Paul negra con rayas doradas. Recuerdo una preselección en el colegio, aunque no recuerdo exactamente dónde, pero fue frente a algunos profesores y pocos alumnos. De esa presentación en el auditorio de la UNACHI, recuerdo dos cosas: el choque eléctrico y la vestimenta de las profesoras. No era nuestra culpa si estaban sentadas con las piernas abiertas llevando faldas.


Por favor, corríjanme si me equivoco, pero el técnico de sonido que nos atendía tenía esa responsabilidad por primera vez en su vida y sabía tanto sobre eso como yo sobre ngäbere. Aunque, para ser justo, el equipo y las instalaciones estaban algo defectuosos. Adair y yo éramos los únicos que nos acompañábamos con instrumentos musicales que emitían sonidos al presionar partes de ellos, como las cuerdas de una guitarra eléctrica, mientras que los otros concursantes venían con casetes. Tuvimos que hacer una prueba de sonido que resultó inútil. La voz se desvanecía, había ruidos y retroalimentación, era un desastre. Esa fue la parte buena. La mala fue cuando una corriente alterna encontró su camino hacia el micrófono y cerró el circuito cuando, inadvertidamente, toqué el micrófono al mismo tiempo que tenía las manos sobre las cuerdas. Tuve un vislumbre de mí mismo sobre un escenario con luces y un muro de amplificadores detrás de mí y una multitud gritando "¡Chicho, Chicho!" mientras moría electrocutado por culpa de un técnico resentido contra mi fama y gloria. El relámpago pasó en un abrir y cerrar de ojos. Solté un grito, dejé caer el micrófono y, ahí estaba yo, parado en el auditorio abarrotado con risas resonando a mi alrededor. Una señora me trajo un vaso de agua, me preguntaron si estaba bien y yo temblaba más que la primera vez que agarré la Peavey.


Cuando me recuperé Adair empezó a tocar las cuerdas al aire en mi menor, la que todo fan de Metallica reconocería. En frente de nosotros, el jurado respetado, compuesto de profesores con décadas de experiencia. Experiencia que se reflejaba en la visión inquietante de una entrepierna abierta, justo a la vista de nuestros ojos juveniles 20/20... (Coloca aquí el "Grito de Wilhelm", por favor).


Aparte de la elección del representante del colegio para el concurso provincial de canto en inglés, que cada año tomaba más importancia, en el CONSA había dos eventos anuales que nos permitían actuar frente a toda la escuela. La lluvia de estrellas y... ¿era el día del estudiante? Alguien que me refresque la memoria, no recuerdo bien...


En el 97 me tocó a mí representar al colegio, acompañado por Adair y Lucho. Para la selección canté "Plush" de Stone Temple Pilots, a pulmón, debido a algún problema con el micrófono, la electricidad o algún fallo técnico. Pero la profesora Kimerly pensó que la canción era demasiado rock y prefirió que tocáramos "Stairway to Heaven", la misma que había interpretado Adair. Acepté, y hasta el día de hoy lamento haberle hecho caso. No pude aprenderme la letra larga, con sus veinte versículos del Apocalipsis, y el día llegó y solo pude cantar la primera estrofa. Incluso mis papás y mi hermano vinieron a verme a la UNACHI. Qué decepción. Qué pena, qué vergüenza.


En el 98 no participé en la selección porque estaba de intercambio, y cuando regresé me presentaron a Diana, la "escogida". La profesora Kimberly, que para entonces ya se había vuelto fan de "los muchachos", nos pidió que la acompañáramos junto con el pelado que había tocado con ella. El "pelado" me enseñó los acordes, pero por celos, timidez, despecho o no sé qué, no quiso tocar con nosotros. Así que nuevamente Adair, Lucho y Chicho regresamos al auditorio de la UNACHI, pero esta vez con Diana, con más experiencia y menos sorprendidos por la entrepierna peluda del distinguido jurado. Ese año interpretamos "Torn" de Natalie Imbruglia y Diana empató en el primer lugar con otra chica. En otro evento de la UNACHI, interpretamos "Animal Instinct" de The Cranberries junto a Diana. Fue fugaz. Esperamos afuera hasta que nos llamaran, creo que estaba oscuro, montamos los equipos en un abrir y cerrar de ojos, se encendió una luz, tocamos, recibimos aplausos y nos retiramos.


En el 99 fue el apogeo del rock en el CONSA (a menos que en los años 2000 hayan hecho algo más roquero o loco que nosotros... como un grupo de chicas tocando grrrl punk, deathmetal neo pagano con espectáculo de luces y fuegos artificiales... o que la mitad del colegio hubiera formado su propia banda, convirtiendo el día del estudiante en una versión reducida de Roskilde o Woodstock). En el concurso de inglés, los candidatos se multiplicaron por el doble del coseno al cuadrado de pi, y algunos se nos acercaron para que los acompañáramos en lugar de presentarse con el CD o el casete. Incluso hubo una chica que trajo otro grupo. Manuel cantó "One" de U2, Diana cantó "Erase and Rewind" de The Cardigans, Bonnie de la Lastra cantó "..." de Jewel y yo canté "Made to Last" de Semisonic. ¿Me estoy olvidando de alguien?


Recuerdo que toqué un poco de todo esa vez, batería, bajo y teclados. Lucho, quien se había graduado el año anterior, pero aún así venía con gusto a tocar, siempre se encargaba de la guitarra principal.


Ese año ganó un chico que cantó Backstreet Boys. Yo quedé en segundo lugar. Y Kimberly vino a vernos para que lo acompañáramos. Detestábamos la canción, pero no podíamos faltar a otro concurso de canto de la English Week de la UNACHI. Ensayamos varias veces. Pero nunca nos dimos cuenta de que el chico tenía un acento... muy marcado. Ahora recuerdo que parodiamos una letra en español, algo bastante tonto y sin duda vulgar que sacó muchas risas.


El día del concurso en la UNACHI tocamos Backstreet Boys en un auditorio repleto, pero el chico que tanto había impresionado con su movimiento cromático de boy band se puso muy nerviso. Años más tarde me contarán que participón eun reality show a nivel latinoamericano y que llegó lejos en el concursoe. Ese día el que ganó fue mi amigo Osvaldo (ver Luna Lopez), quien hizo una de las mejores presentaciones en la historia del concurso con su interpretación de "Secret Smile" de Semisonic, solo con una guitarra eléctrica, un pedal de reverb, chorus o delay... Sonó genial.

Tocando en un evento del Colegio Nuestra Señora de los Angeles


Otra de las cosas chéveres de aquella época es que ensayábamos en la capilla del colegio. Debo decir que estuve en desacuerdo en varias ocasiones con la forma de pensar de la hermana Elsa-María sobre muchos temas, pero hay algo que admiro en ella: que no se dejó intimidar por los militares cuando era directora del María Inmaculada, y algo que suavizaba su carácter y que siempre me pareció muy interesante: que nos permitiera hacer rock en el colegio, en un colegio de monjas.

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domingo, mayo 01, 2022

Tenemos un álbum, se llama "Ave Fénix" y nos tomó dos años parirlo

 

El álbum está listo, pero al día de hoy solo puedes escuchar el primer sencillo y ver el video clip.

En 1996 Adair Domínguez Vitalis y  Luis Caballero-Olave quedamos en la misma clase de 4º y al poco tiempo quedamos tocando música. Pocas semanas después nos presentamos el público en la desaparecida Parrillada Yuri que estaba situada en el centro de la ciudad de David, bajo el nombre - tantas veces mal escrito- de "elfheim".

Durante al año que siguió ensayábamos todos los viernes, tocábamos muy a menudo, presentando con bastante frecuencia canciones nuevas.



Como teloneros de Los Rabanes, Colegio San Agustín de David, 1998.


Con la idea de participar a un concurso de bandas en la capital del que habíamos oido hablar, grabamos un demo en los locales de Radio Chiriquí, donde junto a otros amigos yo tenía una programa de radio semanal llamado "Sonido Alterno".

Nunca participamos en el concurso, pero uno de los temas más apreciados del público -"Mi neurosis"- pasó por la radio M.E.T.O lo suficiente como para estar en el top 10.  El cassette del demo fue copiado y recopiado sin control por ahí, pero seamos honestos, la calidad no era buena.

Avancemos hasta el 2020, gente confinada en sus casas devorando series o devorandose las uñas en un evento sin precedentes en la historia de la humanidad.  Como otros tantos,  subí a un grupo de Facebook un video de mi tocando guitarra en mi casa, y en mi caso, una sección de un tema de otro grupo chiricano del que fui parte (Shaman). Ahí alguien me preguntó si podía subir el demo de elfheim a la nube. Una, dos, cuatro personas me piden el enlace para escucharlo y entonces se me ocurre escrbirle a Adair y a Lucho para preguntarles si les gustaría grabar todos los temas del grupo con la tecnología de hoy. Adair acepta y pide una batería electrica prestada, Lucho no tiene con que grabar en su casa, finalmente no podrá aun después de acabado el confinamiento. Un amigo en Francia graba el bajo de un tema pero no puede seguir participando en el proyecto, así que me compro un bajo chino  y pa' lante a seguir grabando.

Grabamos casi todos los temas de Elfheim que algun día llegamos a tocar en directo con la excepción de dos y durante el largo proceso compusimos dos temas nuevos.

Este fin de semana, finalmente después de dos años, está disponible "Mi Neurosis" en spotify, apple music, napster, etc.

El album lo llamamos "Ave Fénix", como uno de los últimos temas que llegamos a tocar juntos, como signo del renacimiento del proyecto y del lugar donde vivo desde los últimos tres años (La Palma) donde durante tres meses un volcá arraso con hectareas de plantaciones, casas y recuerdos de miles de personas.

Arte: Adair Domínguez V.


Y aquí el video de la canción, realizado también por Adair.



sábado, enero 22, 2022

Tres grupos japoneses para empezar 2022

 Hace un par de semanas descubrí un grupo de música japonés que me llevó a otros dos más y poco a poco me está abriendo las puertas a más música interesante. Esta es una  excelente manera de empezar el año.


Es indudable que la cultura de Japón tiene un poder de atracción enorme sobre el resto del mundo; por la diversidad en su expresión, por el inmenso talento de sus artistas y la calidad del trabajo lo cual todo reunido ha creado un canon de obras excelentes. Aun a quién no le gusta los dibujos animados tiene que conceder ante la belleza de cualquier de las películas del estudio Ghibli, por solo poner un ejemplo.

La lengua y la cultura de Japón me interesan desde hace mucho tiempo pero solamente desde hace un año he podido encontrar las condiciones justas para sentarme regularmente a estudiar japonés. El idioma es difícil pero por este motivo, muy gratificante y como parte del proceso de aprendizaje he estado viendo diferentes programas de televisión  y series. Entre esos,  el reality  Terrace House: Opening New Doors, en el cual participaron dos músicos, Shohei Uemura(上村翔平) y  Masao Wada (和田理生). 

Una rápida búsqueda en internet me llevaron a los grupos de ambos. Shohei es un buen cantante y tiene lo suyo pero como a la primera oida no mordí el anzuelo pasé a Masao.

Masao Wada toca en tres grupos, Gesu no Kiwami Otome, Dadaray e Ichikoro, a parte de ser miembro fundador del grupo "indigo la End". Primero escuché Gesu, y... que bofetada. No recuerdo qué canción fue, pero de seguro una de estas dos:

私以外私じゃないの, que se puede traducir como "no soy yo excepto yo" o 

ロマンスがありあまる(romansu ga ariamaru), que en español viene siendo "hay mucho romance".

Para de leer, abre los enlaces y escucha con cuidado, varias veces, porque con una sola no te va a bastar para apreciar todo: todos son unos prodigios en su instrumento y antes que digas, "ah pero el cantante..." , éste compuso todos esos temas y es un genio, y aparentemente un gilipollas pero no vine a hablar de eso aquí.

Mis amigos bateristas se habrán dado cuenta que la chica detrás de su set bastante  minimalista es de lo mejor que hay en este planeta. Sin exagerar. 

Cuando ya había escuchado durante días, varias veces al día todo lo que spotify y youtube me propusieran  comencé a escuchar  indigo la End, en el cual canta y compone igualmente Enon Kawatani.

De buenas a primeras la música de indigo la End  me sonó más adaptada a la radio, los arreglos un poco menos ambiciosos, pero para los estándares occidantales de los últimos diez años están a millones de años luz de superioridad estilística y en composición.  Las melodías son perniciosamente viciantes. Me he estado acostando con la melodía de uno otro estribillo dandome vueltas agradablemente, escuchándoles casi todos los días.   A notar igualmente de ambos grupos la calidad de los videos, generalmente diferentes. Muy originales en el caso de Gesu no Kiwami Otome -diría inclusive exhuberantes-,  con un ambiente de film melancólico para indigo la End.

Aquí les dejo con dos ejemplos:

夏夜のマジック,  que se puede traducir como "Magia de una noche de verano". De esta canción me gusta la batería en sonido lo-fi, el solo de guitarra y esas notas agudas que por momentos añade el piano.

華にブルー, sección de batería con partes muy originales, video muy clase, estribillo contagioso.

Terminemos con Dadaray. En este trío canta NIKIIE, y preparándome para este artículo descubro que también canta en otro grupo.

La música de Dadaray es más pop pero no menos interesante. Por ejemplo, en este tema en el puente hay un cambio de ritmo... a swing y todos hacen despliege de un enorme talento:


A ver cuántos de ustedes quedan enganchados y pidiendo más. Eso sí, no me pregunten de qué va la letra de las canciones, porque aun no tengo ni puta idea. Y por el momento no me importa.


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sábado, enero 01, 2022

Resumen del 2021


Hoy en el primer día del nuevo año y aprovechando de la tranquilidad de la mañana aprovecho para dejar por escrito un resumen del año que acaba de terminar y plantearme lo que deseo para este año que comienza.

El año que acaba de pasar la pandemia no nos afectó mucho en la isla así que pudimos llevar una vida bastante normal. En eso hemos tenido suerte.

En enero empecé a aprender un nuevo idioma (日本語), en junio mi hijo mayor se graduó de la escuela primaria con excelentes notas y la pequeña participó en su primer recital de danza en la isla. En el verano pudimos viajar a Francia y pasar tiempo con amigos y familiares, volver a ver a los colegas de trabajo y a conocer a otros.

En Septiembre nos estalló el volcán, de lo cual fuimos testigos directos y durante tres meses estuvimos viviendo de cerca la desgracia y el horror de los isleños pero al mismo tiempo, sumergidos por la fuerza de la naturaleza y su poder de destrucción creadora, hipnotizado por su actividad y aprendiendo constantemente acerca de él.

Serví de contacto local para varias estaciones de radio francesas, entrevistado por WhatsApp al principio, durante y al final de la erupción y en una ocasión, para Radio Chiriquí por el hijo de una amiga que vive en la isla vecina de La Gomera.

Durante todo el año continué trabajando enalbum de Elfheim que empezamos durante el confinamiento y que en Diciembre ya casi (casi, casi) estaba finalizado.

Salvo cuando las circunstancias fuera de nuestro control nos lo impidieron, salimos a caminar los domingos, por montañas o barrancos, en medio de la laurisilva o de pinares, sobre arena, tierra  o roca volcánica, que es lo que hay.

Inicio de la erupción el 19/Sep/2022

Vista del volcán desde la plaza de Tajuya

 



Par este próximo año continuaré aprendiendo y cuando termine un proyecto me plantearé empezar otro porque ya sé que necesito de ambas cosas para seguir avanzando.

Seguiremos con nuestra rutina dominical porque necesitamos de esa conexión con la naturaleza, necesitamos realizar ese esfuerzo físico y porque hay tanto aun que ver en esta isla. 

Esperamos poder ver en abril a familiares que añoramos, disfrutar de su compañía y celebrar con ellos la vida.

Que el 2022 sea mejor que el año que acaba de pasar, tanto indivual como colectivamente. Tenemos que dejar de lado las cosas que nos separan y focalizarnos en aquellas que nos unen; lo que para mí es preservar para las generaciones futuras el planeta Tierra, nuestro hogar.







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lunes, junio 29, 2020

Sonido Alterno

Este texto fue escrito originalmente como una "nota" en Facebook. Hace unas semanas estaba pensando en esto y como no recordaba un detalle traté de encontrar lo que había escrito. Cual no fue mi espanto cuando descubrí que FB había desactivado la función. Por suerte encontré un grupo de gente como yo y en los comentarios alguien había puesto la solución.
Para la posteridad -digital al menos- vuelvo a publicar esas notas.


Hay una historia que he querido contar de una forma u otra, desde hace años y que me ha costado un huevo hacer.
Empiezo un borrador, lo releo cuando voy por la mitad y si hubiese estado escribiendo en una máquina  hubiera tirado decenas de hojas al tinaco. Como escribo en la computadora,  pues, pongo el cursor al prinicipio de y empiezo desde  pricipio.
La historia es de cómo cuando era adolescente, junto a mis mejores amigos de la época tuvimos un programa de radio de difusión provincial y que fue parte del paisaje músical de una época y un lugar, en la que cuyos principales protagonistas eran las bandas de rock locales y la escena que creamos espontaneamente.

Al igual que la escena, en la que los miembros de grupo se ayudaban la mayor parte del tiempo, prestándonos instrumentos, tocando a menudo juntos (hubo alguna que otra altercación; desacuerdo y al menos un intento de hurto de pedal de efectos), el programa de radio que tuvimos Jorge, Iván y yo en M.E.T.O fue permeable a la audiencia, había gente que llegaba con sus CDs entraban a la cabina, presentaban una que otra canción, parqueaban afuera. Muchos de ellos eran miembros de las bandas. Algunos vinieron varias veces, otros una sola vez.

El programa empezó con una profesora de español del Liceo Santa María pidiéndole a Jorge e Iván que animaran el segmento radial del liceo.
Pero al cabo de algunas semanas, la profesora les pidió que pasaran otro tipo de música, no solo rock.
Como ellos no quisieron aceptar, ellos fueron a hablar con el dueño de la estación, el legendario Ramón Guerra para tener un programa de rock y le debió de haber gustado la idea porque Don Ramón  aceptó.
Aquí Jorge y yo tenemos un desacuerdo porque yo recuerdo haber estado allí cuando se habló del programa... tal vez me equivoque yo; porque aun sí recuerdo haber estado en su oficina para hablar del programa tal vez fue para otra cosa.

Al cabo de poco tiempo  grabamos en el estudio de la emisora una presentación para la cual escogimos la introducción de un tema del "Astro-Creep: 2000 Songs of Love, Destruction and Other Synthetic Delusions of the Electric Head" de White Zombie.

Sonido Alterno estuvo en el aire varios años, con alguna pausa durante las vacaciones escolares y acabó con una palabrota de un radioyente en directo.  

¿Qué más puedo decir? En esa época cuando algo esaba muy bien, estaba rareza o pichero.  
Ese programa fue las cosas más picheras que hice.

Quiero aprovechar para mandarle un saludo a Moisés Silvera, quien estuvo en cabina con nosotros muchísimas veces al igual que a Ludiela Araúz. Gracias por los consejos, la paciencia, el buen ambiente y toda la ayuda.

Si tienes una anécdota sobre el programa, compártela en los comentarios.

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domingo, marzo 15, 2020

El encierro - Día 0

Ayer  14 de Marzo de 2020 el presidente del gobierno español anunció las medidas tomadas  para indigar la propagación del Covid-19 en el territorio, inciando oficialmente la cuarentena general en todo el país.
En previsión de los anuncios que se iban a dar durante el día habiamos decidido durante la mañana el anular la invitación que habíamos hecho a unos amigos de venir a casa a comer. Iba a ser una velada multi-kulti: una pareja franco italiana, una italo-senegalesa y su hija; comida mexicana preparada por un franco-panameño excepto el postre italiano preparado por mi esposa francesa.
Los niños estaban invitados cada uno a un cumpleaños diferente por la tarde, anulados ambos. Es así entonces que antes que Don Pedro apareciera en las pantallas del país, ya nosotros habíamos efectivamente empezado nuestro encierro preventivo.
¿Y qué coño hacer con tanto tiempo?
Bueno... yo empecé por ocuparme de un par de mensajes electrónicos, llamé a mi viejo amigo Thomas -con quién había querido hablar desde hacía dos semanas-, toqué guitarra. Hablé con mi hermano menor quien me anunciaba que habían tomado la decisión de cancelar la boda y buscar una fecha posterior.
Después de comer leí un capítulo de "Danza de Dragones" y luego me dormí.  Volví a tocar guitarra sobre la mayor parte del album Youthansia de Megadeth.
Vi algo de televisión con los niños, conversé por Messanger con unos amigos italianos, preparé la cena. Instalé Google Translate en el móvil y jugamos a hacer conversaciones (sobre todo en japonés y sueco) hasta que se hicieron las  once y cada uno para su camita.

Lo de la boda es una gran decepción. Aun digo palabrotas en mi cabeza cuando vuelvo a pensar en eso. Como ahora mismo.
Mi hermano se iba a casar en abril en la ciudad de México y ésta iba a  ser la oportunidad para pasar tiempo con él por primera vez en seis años, conocer personalmente al cuñado, pasar tiempo en familia con mis padres, a quienes no vemos desde el 2017, cuando viajamos juntos a Nicaragua.
Mis hijos y yo ya teníamos los atuendos, los billetes de avión estaban comprados, los alojamientos reservados. Solo faltaba el vestido de mi esposa. En fin (palabrota).

Hay varios desafíos para los próximos días. Ocupar a los niños en actividades  educativas, sobre todo si la escuela tarda en enviarnos instrucciones, lecciones o tareas; evitar que pasen muchas horas viendo la televisión; evitar que terminemos ahorcándonos mutuamente.

Fuerza a todos. Y sigan las recomendaciones, que esta vaina va en serio.


sábado, junio 29, 2019

Don't stop believin'

Soy un gran fan del canal Rick Beato y sobre todo de su serie "What Makes This Song Great?", en la cual disecciona y analiza canciones del pop rock anglosajón.
Salvo alguna excepción (como  en el vídeo sobre Paranoid Android de Radiohead), Rick utiliza las pistas originalas y a medida que avanza en el tema aisla los instrumentos y la voz permitiéndonos oir cosas a las que muy probablemente nunca habíamos prestado atención (como el chelo en  "Jeremy" de Pearl Jam), apreciar el trabajo de producción y el talento de cada músico.
En los grupos  que tuve, tocamos muy pocos temas. O como dicen en Panamá, no hacíamos cover. Creo que ahora dicen hacer tributos. Lo que fuere.
Pero reconozco que los pocos temas que hicimos se convirtieron en especiales para mí porque  tuve que aprender a tocarlos (y a menudo a cantarlos), los interpretamos frente a gente con los que hubo una conexión, pasamos buenos momentos con ellos. Como aquella canción que oíste cuando diste un primero beso a alguien especial o que oiste yendo a la playa con los amigos.
El ver estos videos de Rick Beato me hacen tener una relación de otro tipo con los temas analizados, que se sitúa entre la canción que he oído un millón de veces y la que he interpretado con algún grupo.
Esta mañana me di cuenta de esto porque un día después de ver su genialísimo video sobre "Can't stop believin'",  Youtube me propuso una versión en directo de Journey de 1981 en Houston y la oí con otros oidos; sabiendo de qué iban los acordes, lo que estaba haciendo el batería, la genial interpretación vocal de Steve Perry y esperando que llegara la parte, al final de la canción  en la que canta el título.
Amigo músico, si has estado demasiado ocupado con tu arte, viendo series o dándole  la vuelta al mundo en un velero y no conoces el canal, aquí te dejo el vídeo y luego sigues por ahí con los demás.




Y aquí los maestros:






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