sábado, diciembre 24, 2005

rojo

quiero creer
que quizás aquella mañana descubrí la intemporalidad
que ninguno de nuestros besos es banal
que cada segundo juntos se repite en miles de espejos
hasta el infinito

y que desde hace poco te vistes de rojo

aquella mañana me derramé
con un poco de temor
en la esquina que se desdobla
sin prisa desde tu cama

y quiero creer
que desde entonces te pintas de rojo

el lucero que se ahogó en tus ojos
brilla más cuando nos acercamos a la costa
y sé que arden en mi pecho soles
al contacto de tus sales y tus flores.

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